Lo de la Cartelera boxística recientemente realizada en Barranquilla tiene un nombre: «NEGOCIOS». El boxeo nacional ya no es algo que llame la atención al empresario o al representante de púgiles para forjar verdaderos ídolos. «Nó señores esto es un negocio» como dicen los actuales magnates del boxeo en Colombia.
¿Negocio? Si, negocio. Pero a costillas de hacer ídolos de barro enfrentándolos a peleadores de Venezuela desnutridos y hambrientos, no de gloria si no de comida, para que reciban un KO horrible como el que le propinó Yubergén al de turno el sábado en la arenosa. Ya van dos paquetes que le han puesto al Bronce Olímpico y serán cinco o seis de «Carne Flaca», para luego enfrentarlo a una pelea por el Título Mundial y sacar sus ganancias sin haber topado a Yuber con un verdadero boxeador exigente, antes del posible combate con un rankeado de verdad.
Lo más grave de ésta última velada en Barranquilla, fue pactar un combate por título nacional con dos contrincantes cuyos récords sólo lo conocen ellos y que hoy tiene entre la vida y la muerte a Luis Quiñones, un inexperto y joven peleador de Barrancabermeja. Quiñones está en una UCI de Barranquilla después de recibir un fuerte golpe en la cabeza que le produjo un hematoma cerebral que lo tiene al borde de la muerte o de quedar en estado vegetal.
Quién responde por esto? ¿la comisión profesional de Boxeo? Eso no existe. En Colombia lo manejan los inescrupulosos promotores y representantes actuales o comerciantes de este deporte.
Al final quiero invitar a una oración por la vida y la salud del Boxeador Luis Quiñones
